El
dolor : ¿amigo o enemigo?
|
Septiembre
28, 2000 (SALUTIA)
Todos los seres humanos hemos experimentado dolor.
Los hay intensos como el de una migraña o localizados
como el de una muela. Incluso, hay dolores inexistentes,
por ejemplo quien tiene amputadas las dos piernas
y todos los |
días
debe tomar analgésicos para combatir el dolor fantasma
que siente en el talón derecho.
En
un reciente artículo, la escritora mexicana Elena Poniatowska
compartía la experiencia de una amiga suya que sufría
de dolor en las articulaciones por desgaste de cartílago
debido a una osteoartritis. "Se trata de una enfermedad
progresiva y degenerativa que produce dolor, rigidez
e inmovilidad. Cada movimiento ocasiona un espasmo agudo
e impide que puedan realizarse las actividades de la
vida diaria de manera normal", dijo. "El único momento
en que había mejoría era tras la ingestión de medicamentos
y la aplicación de inyecciones, ungüentos, masajes y
acupuntura, pero al poco tiempo volvían las punzadas,
los calambres, el martirologio. Lo que realmente ayudó
fue la fisioterapia y la rehabilitación", añadió.
Conocer
e identificar el dolor
Para
Enrique Carrazana, neurólogo de origen cubano, el
dolor es el indicativo de que algo no está bien en nuestro
organismo, es la señal que pide ayuda o tratamiento.
Carrazana, quien también dirige la clínica de epilepsia
del Centro Neurológico del Sur de la Florida, Estados
Unidos, explica que aun cuando el dolor se puede clasificar
de acuerdo con su origen, el denominado neuropático
ocupa hoy día buena parte del tiempo de los investigadores
en todo el mundo.
El
dolor neuropático es propiciado por alguna anomalía
en el sistema nervioso y desata sensaciones como descargas
eléctricas o un ardor exagerado en las extremidades
o la cara y puede causar atrofia muscular. Ciertos padecimientos
como diabetes, hipertiroidismo, sida o cáncer dañan
algunos nervios del cuerpo y provocan las llamadas neuropatías.
Asimismo,
hay medicamentos que llegan a ocasionarlas, como los
antiarrítmicos, los quimioterapéuticos y otros que desgastan
los nervios. Cuando esto sucede, explica Carrazana,
la información del sistema periferal, vale decir de
manos y piernas, es interpretada equivocadamente y enviada
al cerebro por los propios nervios afectados, desencadenando
el dolor neuropático. "Un ejemplo de dolor neuropático
es la neuralgia. En este caso, el paciente tiene la
sensación de descargas eléctricas en el rostro y lo
describe como si un cuchillo caliente le fuera enterrado."
Tratamientos
contra el dolor
Hoy
en día existen medicamentos, cuyo mecanismo de acción
se produce directamente en el sistema nervioso central,
que ayudan a que el dolor sea controlado: La gabapentina
ha demostrado resultados alentadores en quienes sufren
de dolor neuropático. Su efecto consiste en elevar el
sistema de inhibición y reprimir el de excitación, con
lo que se logra controlar el dolor.
Los
opiáceos son eficaces, pero pueden llegar a causar dependencia
e incluso crean el efecto de espiral: el paciente siente
alivio temporal, pero el dolor se presenta nuevamente
y la dosis de fármacos tiene que ser mayor para contrarrestarlo.
En opinión de Carrazana, una vez que los fármacos empiezan
a surtir efecto, es importante combinarlos con una terapia
psicológica para ayudar al paciente a llevar una vida
normal.
Octubre
2000
Copyright
2000 Cable News Network, Inc.
Una compañía de Time Warner Derechos Reservados
Natalia
Jaramillo - Enfermera Licenciada, U.J.
Editora Contusalud.com
|