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LA COMUNICACIÓN


INTRODUCCION

No puede existir una familia, ni se puede lograr la unidad de la misma sin la adecuada comunicación entre sus miembros. El tema de la comunicación a veces se presenta algo difícil y a lo que la gente no le pone mucha atención por ser tan cotidiano. A veces creemos que
tener buena comunicación con nuestros hijos o en la familia es simplemente hablar.

La comunicación no consiste simplemente en transmitir información de una persona a otra, se requiere obtener una respuesta del que escucha o atiende al mensaje. Además de la palabra hablada y escrita nos comunicamos por medio de los gestos, de la postura física, del tono de la voz, de los momentos que elegimos para hablar, o de lo que nos decimos.

La comunicación requiere un cuidado especial, exige de cada uno olvido personal para estar pendiente de la otra persona, de sus intereses y necesidades. Es el arte de trasmitir información, ideas, creencias, sentimientos y pensamientos de una persona a otra. Comunicarse es entrar en contacto con alguien, es penetrar de algún modo en el mundo de otro. Es darle a la otra persona participación en lo mío. La comunicación supone un contacto, una relación entre las personas que participan en ella.

Tenemos que empezar bien, o sea que desde antes de que vengan los hijos debemos tener unos principios básicos de comunicación con la pareja. Ser conscientes de los problemas que tuvimos con nuestros padres y los problemas que nos trajeron, en especial en alguna edad determinada (pre-adolescencia, adolescencia, o aun de
adulto) y ante un tema en especial (novios, relaciones sexuales, errores cometidos, etc.).

La comunicación en la pareja empieza desde el sentimiento y continúa a través de toda una gama de actos concretos y específicos hasta algunos mas abstractos llegando a resolverse en algo tan simple como calentar bien el arroz o tener una satisfactoria relación sexual.

COMUNICACIÓN PADRES E HIJOS

Sin la comunicación de pareja es imposible lograr plenamente la comunicación entre padres e hijos, porque sin el lazo comunicativo de los progenitores no puede concebirse un profundo vínculo con los hijos.

La siguiente escala se ha conformado de acuerdo con las edades, donde se ha detectado que la comunicación con los padres varía o se complementa.

Etapa de cero a nueve meses:

Las experiencias de los hijos que son amamantados y acariciados desde bebés revelan niños con estabilidad emocional y pocos problemas. Pero aun cuando el niño sea amamantado, generalmente si ha sido un infante no deseado o tiene una madre poco afectuosa o sin nociones para
cuidarlos, la situación comunicativa puede volverse muy compleja.

Pero lo más grave aún es que se empieza a atrofiar su desarrollo. A los ocho meses, el bebé ya es capaz de recordar; y si llega a tener una difícil experiencia, empezarán a nacer todos los problemas que lo mortificarán durante su vida. El principio comunicativo es darle un gran abrazo, tocarlo, besarlo mucho: que sienta el afecto piel a piel.

Etapa de diez meses a cuatro años:

Es un período en el que el niño, suficientemente estimulado, puede aprender con mayor rapidez a caminar, a hablar y a socializarse. Cuando el infante no quiere aprender a hablar, ¿lo reprime o lo manda a una escuela de educación especial, o lo estimula cantando y hablándole con claridad y frases completas?

Tiende mucho a la imitación de lo que ve y oye. Por ello no resultará extraño verlo con un cuchillo en la mano intentando partir su pan o con unas tijeras tratando de cortar un papel. ¿Usted qué hace? ¿Le quita el cuchillo o lo reprende, o le enseña a usarlo paulatinamente? Si está frente al televisor o al aparato de sonido moviendo botones indiscriminadamente, ¿le llama la atención y le pega o le enseña a manejarlos?

Es la etapa del maravilloso pensamiento sincrético capaz de relacionar todo con todo, donde la imaginación y la creatividad se vuelven un reto para los padres. Los porqués de los niños son frecuentes y uno sólo contesta con monosílabos, y si la pregunta es engorrosa hasta se evade. Empero los niños no se detienen. Si no hay respuestas satisfactorias, ellos mismos las crean. Esa etapa es la que los padres dicen disfrutar más debido a las "gracias" y ocurrencias de sus hijos. Pero en el fondo, los infantes están revelando un pensamiento en proceso de construcción al que debería hacerle caso.

Etapa de cinco a diez años:

Periodo en el que el niño quiere que le respeten su personalidad, empieza a hacer cosas solo, y conoce la escuela, así como la posibilidad de tener amigos con quienes hablar. Hay una mayor identificación comunicativa con los padres que son de diferente sexo.

Algunos psicólogos le llamaron Complejo de Edipo (inclinación del niño hacia la madre) y Complejo de Electra (inclinación de la niña hacia el padre) al percibir que tal identificación podía llegar a ser hasta de enamoramiento, pero en algunos casos sólo es un reconocimiento o mayor ascendencia de ese padre sobre su hijo o hija.

La incomunicación empieza a ser significativa. Los mismos padres se hacen cargo que ellos no se metan en la conversación de los grandes; por lo tanto el hecho de evitar que los hijos participaran en las conversaciones de los adultos comienza a desintegrarlos de su conocimiento del mundo y de la posibilidad de que ellos pudieran comunicar su pensamiento y su estado de ánimo. Mucho tiempo ha costado a los profesores llegar a la fórmula todos aprendemos de todos, pero más difícil les resulta practicarla. Así ha pasado con los hijos, y también ellos tienen algo qué decir.

Etapa de 11 a 13 años:

La entrada a la pubertad y a la juventud constituye un proceso muy acelerado en nuestros tiempos, con mayores posibilidades de información a través de los medios. La época de sus cambios físicos y de su curiosidad sexual se acrecienta y, lo que es peor, se alimenta con películas y programas televisados.

La búsqueda de la identidad y la pérdida de respeto hacia los padres -en tanto ellos consideran tener la razón porque sus padres tienen su forma de pensar-, los hace distanciarse mucho de la familia y apegarse más a sus amigos que corresponden a su grupo de edad.

Piensan que en esos círculos encuentran el afecto y la comprensión que anhelan de los padres. Si su hija le pide permiso para ir a una fiesta y regresar en la madrugada, ¿la encierra en su cuarto o le dice que sólo hasta las doce, o le pide que se cuide o se ofrece a ir por ella cuando salga? ¿Sabe con quién va o le da toda la confianza pese a que usted estará en vela hasta que llegue?

Esa etapa es la más complicada en la comunicación padres e hijos. Se agudiza la llamada brecha generacional: los hijos pasan la mayor parte del tiempo fuera de casa -en la escuela o con los amigos- y la comunicación se imposibilita. No hay caso al sermón de los padres. Sólo atenderán aquello que toca sus intereses personales y sus preferencias. Pasan del descuido de su persona entre los 11 y 13 años, hasta el arreglo paulatino. Se acentúan sus gustos por la ropa, los nuevos cortes de cabello, la música -siempre están actualizados en lo más moderno aun sin estar pegados al radio-, el baile y las diversiones. La mamá es la mejor amiga de la hija, porque a ella le es más difícil comunicarse con el padre, quien le asusta o lo considera autoritario o no lo tiene.

Etapa de 14 a 24 años:

Una característica del presente periodo es que el hijo vive una serie de experiencias duras y difíciles. Experimenta su primera vez en muchas situaciones: pareja, cigarro, trago, baile y hasta droga. Pero también conlleva desilusiones, pasiones tormentosas, el atractivo por gente de su mismo sexo, su no muy afortunada y en ocasiones hasta traumática primera relación sexual, sus depresiones... Sienten que su problema tiene una dimensión neurótica, creen estar solos contra el mundo, y que nadie los comprende. Si supieran que todos al mismo tiempo están viviendo solos...

Es una etapa en donde el joven advierte las circunstancias violentas de la vida que no le permitieron ver para "protegerlo". La vida color de rosa -desde su cúpula de cristal- no lo es más. Aquí va a aprender a llorar y a sufrir en serio, cuando le arrebaten el primer beso o la cartera en la que lleva su primera quincena. Podrá darse cuenta que la pobreza, la corrupción y el dolor existen más allá de la televisión. Será una época de definiciones: debe elegir entre quedarse o no en su casa. Hay un atractivo particular en salirse del hogar que muchas veces se ve acelerado por alguna discusión fuerte con los padres. ¿Le pregunto de qué irán a vivir? ¿Ya les dijo que el pescado y el huésped a los tres días apestan? ¿Ya entendieron que la libertad requiere como condición primera la independencia económica?

También debe elegir la carrera profesional para su realización como persona. ¿Acaso le ha impuesto lo que debe estudiar? ¿En qué momento se interrumpe todo? ¿Cuáles son las equivocaciones de los padres que llevan a los hijos a ensimismarse? ¿Cuántas veces los padres intentan acercarse y rebotan una y otra vez ante el hermetismo? ¿Cuántas veces a los padres eso les ha dolido como llaga que asfixia a la palabra? ¡Qué difícil no poder romper las cadenas del silencio! Uno como padre desearía volverse cenizas y desaparecer con el viento. Tal vez así, si el viento sopla, les susurre al oído que siempre quisimos decirles que los queremos. Si tiene algo qué expresar a sus padres, dígalo. Después de muertos queda el terrible remordimiento de haberse incomunicado.

De los 25 años en adelante:

De todas las acciones de la vida, la más incompleta es la comunicación con los hijos. Queda la sensación de que los padres siempre se equivocan. No se extrañe si algún día aparece su hija o hijo con algo insólito que nunca hubiera hecho para usted, como llevarle un regalo, apoyarla con los gastos de la casa o simplemente ir a conversar un poco. A los veinticinco años finalmente se reconoce la verdad de los padres: es cuando empieza un proceso de mayor comunicación con ellos. Es cuando los hijos regresan porque la vida les ha hecho entender las razones de los padres. Ahora algunos de ellos ya son padres y repetirán la historia.

RECUERDEN...

  • Los hijos no escogieron a su familia y es la única que tienen.
  • Tener hijos es quedar en insomnio permanente o estar en vigilia interminable.
  • Cada ciclo tiene sus problemas y no podemos pasarlos sin tenerlos en cuenta.
  • La familia necesita entender a sus hijos en un esfuerzo mayor por comprender las etapas que están viviendo...
  • Preguntarse una y otra vez dónde se ha fallado para no repetir la condena del tiempo.


¿ QUE FOMENTA LA COMUNICACIÓN?

    • Compartir gustos, aficiones y pasatiempos.
    • Compartir experiencias.
    • Valorar lo que nos cuenten.
    • Hablar con serenidad.
    • Escuchar con atención.
    • Restar importancia a las diferencias en asuntos opinables.
    • Estar disponible al diálogo.
    • Permitir la libertad de expresión de los demás.
    • Poner buena cara ante lo adverso.
    • Hacer borrón y cuenta nueva ante un posible disgusto.
    • Saber ser oportuno.
    • Hacer llamadas de atención, correcciones a los hijos a solas, no delante de los demás.
    • Infundir y manifestar confianza en los demás.
    • Mantener delicadeza en el trato.
    • Dar credibilidad a las palabras de los demás.
    • Ser siempre sinceros.
    • Dar gracias y pedir "por favor".
    • Ser transigentes en los asuntos sin importancia.
    • Respetar y querer la forma de ser de cada hijo.

SUPERACIÓN DE LAS BARRERAS EN LA COMUNICACIÓN FAMILIAR

Al igual que una planta requiere luz, abonos, agua y buena tierra, la comunicación necesita de circunstancias especiales. A veces basta quitarle el agua a la planta para que muera. En la comunicación familiar sucede lo mismo: cuando aparece alguna de las barreras de la comunicación, ésta se ve afectada de forma parcial o total.

Las barreras impiden el desarrollo normal en el trato de las personas. Si queremos mejorar la comunicación necesitamos quitar las barreras para acortar distancias.

¿QUÉ BARRERAS PUEDEN DARSE EN LA
COMUNICACIÓN FAMILIAR?

BARRERA DEL AMOR PROPIO:
-Resta valor a las cualidades de los otros y aprecia sólo las suyas.
-Se cree con toda la verdad e impide que los otros hablen.

BARRERA DE LA INDIFERENCIA:
-Se oye al otro pero no se le escucha.

BARRERA DE LA SUPERIORIDAD:
-Se siente superior al otro, no se le considera como a igual en dignidad.
-Considera al otro como objeto, no como sujeto.

BARRERA DEL OÍDO SELECTIVO:
-Escucha sólo lo que le conviene.

BARRERA DEL PATRÓN:
-Cuando encasilla al otro en una determinada imagen.

BARRERA DEL LENGUAJE:
-Cuando antepone la ironía o la burla al lenguaje comprensivo.


Las barreras u obstáculos de la comunicación familiar pueden quitarse:
  • Valorando las cualidades de los demás
  • Respetando lo que los otros dicen y hacen
  • Considerándoles como a iguales
  • Tratándoles con respeto
  • Escuchándoles siempre
  • Comprendiendo su manera de ser.

 

SOLUCIÓN DE PROBLEMAS PARA LOGRAR UNA FAMILIA UNIDA

Quienes viven en familia deben estar conscientes de que comparten un destino común no de una forma pasiva, sino con un compromiso activo y fructífero. Para ello será necesario llegar a conocerse profundamente y asumir este destino en común mediante la aceptación por parte
de cada uno de los miembros de la familia, y mediante la aceptación de que muchas veces hay problemas -fruto del roce de caracteres, formas de ser, barreras en la comunicación, etc.- que deben ser solucionados para mantener la unidad.

Para reducir los problemas en la familia, debe haber un acuerdo por consenso en las circunstancias siguientes:

  • Educación de los hijos y relación con ellos
  • Presupuesto familiar y como manejarlo
  • Asuntos relacionados con la religión
  • El modo de demostrar afecto
  • Amigos
  • Relaciones íntimas
  • Normas de comportamiento social
  • Filosofía de la vida
  • Cómo se debe tratar a los padres, los abuelos, etc.
  • Objetivos considerados importantes
  • La cantidad de tiempo que se debe pasar juntos
  • El sistema para tomar decisiones importantes
  • Reparto de tareas en la casa
  • "Hobbies"

DECISIONES RELACIONADAS CON EL TRABAJO PROFESIONAL

Hay que advertir, que como la familia es un grupo de seres humanos, no se pueden encontrar soluciones fáciles y rápidas. Habrá que tener paciencia porque las personas maduran poco a poco y no de la noche a la mañana. Detrás de cada solución o decisión (que desee resolver un problema en la familia), debe estar el amor y el apoyo incondicional, que serán la condición más importante para que las personas, sintiéndose aceptadas y queridas sin hipocresías, comiencen a cambiar.

Si queremos solucionar problemas en nuestra familia para mantenerla unida, es necesario que lo hagamos bien. Para eso será de mucho provecho usar alguna técnica práctica para pensar todas las soluciones posibles y aplicar la que más convenga en distintas circunstancias. En la revista mexicana de Comunicación encontramos a continuación una técnica que describe "LOS SIETE PASOS" que puede ayudarnos a tomar decisiones de una manera más seria y eficiente.

"LOS SIETE PASOS"

1) Identificación del problema
Recolectar toda la información posible
Definir el problema

2) Situación actual
Identificación y definición de la situación real: cómo estamos, cuál es el ambiente, el entorno que rodea la situación.
Identificación de todo lo que contribuye a definir mejor el problema: todo lo que le rodea, sus circunstancias, etc.

3) Análisis de causas
Identificación de causas aparentes: puede haberlas y hay que detectarlas para no equivocarse en la búsqueda de la mejor solución. falsas causas generan falsas soluciones.
Analizar a fondo las causas de fondo, reales, no aparentes.

4) Posibles soluciones
Hacer una lista de todas las posibles soluciones. Es importante que sean todas las posibles.
Utilizar la imaginación. Pensar y volver a pensar. Esto es muy importante.

5) Evaluar las posibles soluciones
Que cada solución de la lista sea factible, es decir, que se pueda realmente hacer. Que no sea utópica.
Saber si cada una de las soluciones realmente contribuyen a erradicar el problema.
Que no sea vulnerable, es decir, una solución débil, que con el tiempo no termina de erradicar la causa del problema.

6) Acción
Decidir la solución o las soluciones.
Comprometerse a cumplirla.
Implantarla, hacerla realidad.

7) Evaluar los resultados
Verificar -con el paso de los días y sin pretender esperar un cambio rápido o radical- si realmente la solución tomada ha resuelto el problema.

 

Fuentes:

"Aprendiendo y Creciendo Juntos" Volumen 3
Ma.Teresa De Narvaez, Ma.Elena de Bernal.

"Caring for you school-age Child"
Edward L. Schor, M.D., F.A.A.P.

"The Parent's Journal, Guide to Raising Great Kids"
Bobbi Conner.

 

Febrero 2002

Escrito por: Maria Teresa De Narvaez
Psicóloga U. Javeriana
Preguntas a la Psicóloga: contusalud.com

Natalia Jaramillo - Enfermera Licenciada, U.J.
Editora Contusalud.com

 
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