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EDITORIAL
REFLEXIONES
AL EJERCICIO DE LA CARDIOLOGIA EN EL SIGLO XXI :
�Y AHORA, D�NDE EST� EL QUESO?
Cartagena
de Indias, Abril 18 de 2000
Las
enfermedades cardiovasculares ocasionan el 30% de las
muertes en todo el mundo constituy�ndose en la primera
causa de mortalidad. En Colombia ese porcentaje es de
28% y en Bol�var alcanza la alarmante cifra de 48%.
La hipertensi�n arterial fue reconocida como la primera
causa de muerte en Cartagena en el a�o 2000.
Los
costos de tratamiento y manejo de las complicaciones
alcanzan cifras astron�micas, representando una pesada
carga en los presupuestos de salud incluso en los pa�ses
con las econom�as m�s fuertes.
Enfermedades
como la hipertensi�n
arterial, infarto
del miocardio, angina
de pecho, accidentes cerebrovasculares, arritmias,
insuficiencia arterial de MsIs, y las complicaciones
de ellas como la insuficiencia
card�aca, insuficiencia renal, hemiplej�as, amputaciones
y otras numerosas secuelas, producen un impacto enorme,
tanto social como econ�mico. Lo m�s doloroso es que
todas esas complicaciones y la mayor�a de las defunciones
por esas causas se pueden evitar.
Por
esas razones se requieren estrategias efectivas de promoci�n
de la salud y prevenci�n de la enfermedad, para aplicar
en forma masiva. La OMS, OPS y asociaciones cient�ficas
internacionales y nacionales, insisten en campa�as que
no tienen eco en los organismos oficiales de salud pero
que de manera incre�ble tampoco en las empresas de salud
que tienen que cubrir los costos como compa��as aseguradoras,
empresas de medicina prepagada, EPS y ARS.
Solo
algunas instituciones privadas est�n llevando a cabo
algunos programas. El Instituto
de Cardiolog�a del Caribe, en cumplimiento de su
Misi�n y Visi�n, cuales son "manejar en forma integral
las enfermedades cardiovasculares desde la promoci�n
de la salud y prevenci�n de la enfermedad hasta la rehabilitaci�n,
pasando por delicados procesos de investigaci�n, diagn�stico
y tratamiento" y la de "contribuir a producir
un impacto favorable sobre la morbilidad y mortalidad
de las enfermedades cardiovasculares", adelanta
acciones en diversos frentes tanto en la propia consulta
como mediante folletos educativos de colecci�n, programas
radiales y de televisi�n, v�a internet a trav�s de su
p�gina web www.cardiocaribe.com
, reuniones peri�dicas con m�dicos generales, videos,
charlas y talleres con grupos de pacientes y familiares
en su sede, jornadas de detecci�n y educaci�n sobre
Factores de Riesgo como hipertensi�n
arterial, obesidad y sobrepeso, dislipidemia, tabaquismo,
sedentarismo y diabetes.
Sin
embargo, somos conscientes que nuestro aporte podr�a
ser mucho mayor si cont�ramos con el apoyo de las empresas
de salud, las cuales no ayudan sino que se esmeran por
hacer m�s dif�cil la atenci�n, el estudio y el manejo
adecuado de los pacientes, alegando una err�nea t�ctica
de "disminuci�n de gastos", sin darse cuenta que all�
no est� el queso.
Las
empresas deber�an reconocer a las IPS y profesionales
interesados en estos programas y brindarles su colaboraci�n
mediante acceso a su base de datos y canales de distribuci�n
de la informaci�n, identificaci�n de grupos de poblaci�n
de alto riesgo, elaboraci�n de planes y ejecuci�n de
campa�as conjuntas con los recursos destinados para
tal fin. Los programas tendr�an sus indicadores para
evaluar los resultados a corto, mediano y largo plazo,
haciendo �nfasis en la reducci�n de eventos fatales
y no fatales, d�as de incapacidad, d�as de hospitalizaci�n,
�ndices de costo-efectividad y costo-beneficio y la
cuant�a del ahorro en dinero.
Por
otro lado, las IPS y los profesionales responsables
de dichos programas deber�an tambi�n tener beneficios
en forma proporcional a los resultados, tanto en dinero
como en est�mulos para capacitaci�n y mejoramiento profesional.
En otras palabras, las IPS deber�an tener derecho
a recibir la porci�n del queso, que con tanto esfuerzo
ganaron.
De
acuerdo a los planteamientos anteriores, las nuevas
medidas de algunas EPS y Compa��as de Medicina Prepagada,
de prohibir que el mismo profesional que solicita el
estudio sea el ejecutor, son a todas luces absurdas
e injustas, por no estimular sino castigar precisamente,
a las instituciones y profesionales que est�n haciendo
todo el gasto para sensibilizar, educar y promover cambios
de h�bitos y conductas en la poblaci�n en riesgo.
Cuando
una IPS invierte parte de su presupuesto, ocupa personal
calificado en este tipo de campa�as y se esmera por
brindar cada d�a un servicio de mejor calidad, obtiene
a cambio un reconocimiento de los usuarios y una ostensible
mejor�a de su imagen, credibilidad y prestigio. El resultado
l�gico de ese esfuerzo es el aumento en la demanda de
sus servicios y las personas afectas de alguna dolencia
o en riesgo, se entusiasman para consultar en forma
oportuna. Sin embargo, cuando el paciente requiere un
examen de diagn�stico, la empresa de salud lo obliga
a realiz�rselo en otra IPS, sin tener en cuenta lo justificado
que est�. De esta manera echa por el suelo todo el esfuerzo,
deteriora la confianza que hab�a ganado con creces la
IPS y le crea al paciente una sensaci�n de frustraci�n
e inconformidad, que lo alientan a buscar mejores alternativas
entre los proveedores de servicios de salud, y encontrar
su queso en otra parte, produciendo un resultado completamente
contrario a lo que se persegu�a. Adem�s, otra IPS es
la que resulta beneficiada sin hacer mayor esfuerzo.
Un sabio proverbio popular define esta situaci�n as�:
"nadie sabe para quien trabaja".
Los
sentimientos que genera en la IPS y en el profesional
perjudicado son negativos, creando la sensaci�n de sufrir
mayor perjuicio econ�mico mientras m�s solicitado sea
en consultas. Quiere decir que ser�a mejor mantenerse
en la sombra, con bajo perfil y esperar las ordenes
por los estudios diagn�sticos que la competencia solicite.
A
la larga el perjuicio ser�a general, la mortalidad cardiovascular
seguir�a reinando, se matar�a el entusiasmo por emprender
nuevas tareas, se frenar�a la libre y sana competencia
y las empresas perder�an a sus m�s insignes m�dicos.
Nadie est� dispuesto ni tiene la solvencia suficiente
para mantener un trabajo improductivo por muy buenas
que sean sus intenciones. �Todos debemos ganar!.
Lo ideal ser�a hacer a un lado la desconfianza en las
IPS y en los m�dicos, primero haciendo una muy buena
selecci�n de los mismos y luego manteniendo una auditor�a
m�dica responsable, eficaz y efectiva de tipo preventivo
y correctivo. Sellar entre las partes unos compromisos
claros y justos que permitan lograr juntos los objetivos
propuestos para el beneficio de todos.
El
reto est� planteado, las condiciones son muy cambiantes,
s�lo los que est�n dispuestos a moverse y buscar nuevas
soluciones podr�n subsistir en el dif�cil mercado de
los servicios de salud, provocar un impacto favorable
en la salud de sus usuarios y de la comunidad, lo cual
debe hacer parte esencial de su raz�n de ser, y por
supuesto, beneficiarse econ�micamente de su trabajo.
Si seguimos aferrados a las migajas, nunca encontraremos
el verdadero queso.
En
resumen, citando al doctor Spencer Johnson, autor del
exitoso libro �Qui�n se ha llevado mi queso?,
todos debemos continuar buscando el queso hasta encontrarlo,
disfrutarlo y estar alertas a los cambios para reaccionar
a tiempo y sin miedo, a otros desaf�os que nos lleven
a nuevos y m�s deliciosos quesos.
Orlando
Navarro Ulloa, M.D.
M�dico
Internista - Cardi�logo
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